viernes, 13 de julio de 2007

Análisis de la película "Don Juan De Marco"

Saludos mis amigos, quise compartir esto con ustedes porque me apasiona este tipo de situaciones donde el tiempo se friza, el oxígeno se consume alrededor de un corazón enamorado y la demencia se transforma en la cotidianidad. Para leerlo tienen que haber visto la película “Don Juan De Marco” de Johnny Depp, si no la han visto, les invito a verla.

Saludos, enjoy it.


ANÁLISIS DE “DON JUAN DE MARCO”

La película puede ser analizada desde diferentes puntos de vista, ya que nos encontramos ante el dilema de lo que realmente sucede los procesos contratransferenciales que están ocurriendo con el psiquiatra “don Octavio de Flores”, nombrado así por Juan de Marco. En realidad podríamos decir que muchos autores mencionan que Freud en ninguno de sus libros habla específicamente de la contratransferencia, ya que simplemente habló delos procesos de transferencia que se dan del analista al paciente y del paciente al analista. Esto ocurre dentro de la situación recreada por la neurosis de transferencia necesaria para que se la terapéutica y la cura de todo el proceso analítico. En sí la transferencia como palabra popular significa “mover de un lugar a otro”. El significado que le otorga Freud es un proceso en el cual se conjunta los sentimientos de la persona que son producto de un objeto de deseo. En este caso se puede mencionar que sería los sentimientos que se reúnen del paciente producto de la relación que se lleva con el analista. No se podría puntualizar que se da un proceso significativamente relevante, ya que la relación entre psiquiatra paciente es de muy corta duración. Lo interesante es que el psiquiatra vive procesos de transferencia muy intensos, en donde hace verdaderamente significativa la relación que establece con Juan de Marco. Las circunstancias en la que lo posiciona en el desarrollo de la película son muy evidentes, por ejemplo podríamos mencionar al inicio de la película en donde el psiquiatra se posiciona de “salvador” de un acontecimiento que se debe evitar para que no ocurra una tragedia y luego un proceso de resistencia que vive a través del encanto con que envuelve a todos los que le rodean por su delicadeza sobre lo referente al amor. Es evidente además que el proceso tan corto y tan intenso de transferencia que vive el psiquiatra con su paciente promulgue cuestionamiento éticos bastante fuertes, por ejemplo en cuestión con la medicación es un proceso delicado ya que nos encontramos ante la reglamentación hospitalaria en que todo paciente debe ser medicamentado para evitar consecuentes conductas agresivas y que puedan incurrir en una deficiente práctica profesional. Por ello es necesario tener un diagnóstico afinado para evitar deficiencias terapéuticas posteriores y evaluaciones que presenten antecedentes que se contrapongan a los resultados que se obtengan. La coherencia en el proceso que vive el paciente en su “mejora” debe ir siendo gradual. La cuestión con esta película y sobretodo con la posición que juega el psiquiatra dentro de este proceso es muy delicado y discutible. En muchas ocasiones los anclajes, según los neurolingüistas, son producto de fallas o atoramientos que tenemos dentro de nuestro desarrollo y que acumulan mucha energía que se está desperdiciando y que afecta a posteriores etapas. En estos aspectos, el psiquiatra no pudo evitar desplazarse dentro de un proceso de transferencia muy intenso y que estuviese asociado con las fallas o vacíos en su relación matrimonial o a lo mejor con la experiencia vital que tuvo con su madre. Por ello es necesario descubrir que los elementos que están en juego en esta película son los objetos de deseos que no son satisfechos y que siguen siendo perseguidos para atenuar la ansiedad en la que se ve inmerso. Este proceso de ansiedad se vuelve evidente cuando replantea el psiquiatra su situación sexual con su pareja y redefine lo que realmente significa. Además se pudo observar que el proceso de reestructuración que está viviendo como ser humano está culminando a nivel profesional.

Siempre se vive un proceso de depresión cuando se acerca la culminación de la carrera profesional, sobretodo cuando ocurre en el hombre y cuando está vinculada a los procesos de alcanzar el poder y evaluar si realmente encontró su realización profesional o no. Resulta muy interesante plantear como el psiquiatra trata de replantear esta situación, redefiniéndose a través del entusiasmo por el amor que infunde Juan de Marco y que hace recuperar de cierta manera la figura del protector y de la verdadera autoridad sobre los objetos de deseo que puede llegar a poseer. El sentido que a lo mejor encuentra el psiquiatra en este momento es realmente la valoración de su proyecto de vida que ha sido aprovechado un 100% en el área profesional, pero que ha dejado grandes vacíos en su vida emocional. Es muy común ver en hombres el sacrificio evidente por alcanzar una tarea que satisfaga sus necesidades de éxito y poder, descuidando en muchos aspectos la situación en el hogar. La jubilación, como lo vive el psiquiatra, hace un cambio significativo en su proceso y cerrar su vida laboral con broche de oro y a través de un aprendizaje verdaderamente significativo, hace que su papel como educador deje mucho por enseñar. Nos encontramos ante el dilema si realmente el psiquiatra hizo lo correcto o cayó en un error susceptible de todo psiquiatra o psicólogo en el momento de manejar un caso en el cual nos provoque dificultad por el consecuente anclaje no resuelto que presentamos en nuestras vidas. Una recomendación que le hubiese sugerido al psiquiatra era de iniciar un proceso de psicoterapia necesario para llegar a una verdadera comprensión de lo que realmente estaba pasando con su vida, su matrimonio y sus expectativas. A lo mejor se aprovecho de las circunstancias y realizó una mala práctica profesional. El problema radica en que un psiquiatra o psicólogo que se especializa en dar amor a quienes acuden a él sea superado por una persona que tiene que ofrecer mas nobleza de espíritu y fortaleza en la verdadera idealización en el amor. El escepticismo que viven muchos psicólogos y psiquiatras al etiquetar a un paciente como esquizofrénico sirve como barrera para una verdadera comprensión de la perspectiva del otro. No sabemos si realmente los enfermos estamos en la calle o en el sanatorio. Por ello es fundamental que la sociedad vaya construyendo nuevos paradigmas necesarios para comprender y comprenderse mutuamente con los que “se salen por la tangente”. Evidentemente la cuestión sexual va mucho más allá de lo que plantea Juan de Marco y el psiquiatra logra percatarse de ello. La confrontación resulta evidente cuando el psiquiatra logra contrariar al discurso de Juan de Marco y cuando existe un disgusto visible por parte de este último. Lo importante de este suceso es que todo el discurso en que se ve envuelto tanto el psiquiatra como Juan de Marco se vuelve sumamente constructivos y sanos ya que son parte fundamental para retomar los objetivos que han sido planteados desde un inicio. No podemos evitar que uno se vea identificado con el psiquiatra ante la situación catastrófica en la que vive en torno al amor. Muchos autores mencionan que vivimos dentro de una gran carencia de amor y por ello hablamos mucho de ello. El amor victoriano es el que surge como la panacea dentro de una desarticulación de los procesos de ajuste que han tenido las parejas de hoy. Por ello resulta muy escandaloso ver a un Juan de Marco en pleno siglo XX y con las expectativas de un cortejo, de un requiebre, de un beso en la mano necesario para llegar a descubrir el arte y la belleza que se constituyen dentro de amor cortesano que se dio dentro de un clima de gran represión sexual. A veces resulta paradójico, por ejemplo en épocas de gran represión sexual lo estético y lo artístico del amor tuvo su máxima expresión. En conclusión se puede mencionar que siendo psicólogo es necesario tener mayor cuidado en este proceso para evitar tener problemas con paciente astutos y darle un clima de apoyo para comprender desde sus zapatos por lo que está pasando.

Psi. Humberto Aguilera

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